Los Telepatas

"La octava entrega de la colección de incunables de este servidor tendrá el doble propósito de presentar un ejemplar de culto de mi colección junto con la sorprendente edición de su predecesor luego de haber pasado nada más que veinte años. La gema de colección que nos ocupa es la edición en casette del disco homónimo de Los Telépatas que data del año 1993 y fue lanzada al mercado también en cd por el sello Go Discos que pasó, lamentablemente, sin pena ni gloria. Sin embargo la banda tuvo su golpe. No fue un knock out, es cierto, pero se dieron el lujo de tomar una posición dentro de la incipiente escena del rock independiente en la última década del siglo pasado que dejó pintados a más de cuatro. Es que estos pibes eran los abanderados de la diversión y el quilombo con aura de dandys decadentes. Subidos a la movida beat de Amor Indio y Malrecetado, Los Telepatas pudieron llegar a la edición de su álbum seguramente impulsados por su versión de "[m986392]" de Los Gatos rebautizada "La Lancha" ("con mi lancha yo me iré a Pinamar"). Indiscutiblemente lejos de toda pretensión artística Los Telépatas eran el alma de la fiesta y, en ese rol, se sacan un sobresaliente. Su música era más un culto a la joda de vivir que un manifiesto pero en esa postura encontraron un muy adecuado caldo para hervir ciertas críticas sociales con una visión irónica y un gran sentido del humor que les da este merecido lugar en mi discoteca." http://premiomre.blogspot.com.ar/2013/04/los-incunables-de-mr-e-8va-entrega.html "A veinte años de su disco debut y como si el tiempo no hubiese pasado Los Telépatas vuelven con la edición de un nuevo álbum impulsado por Rastrillo Records elogiable sello que se ocupa, entre otras iniciativas, de rescatar a bandas que quedaron en el olvido de la mayoría pero en el corazón de unos pocos entre los cuales me cuento con orgullo.- Beat garage, pero "muy" garage, podría caracterizarlos. La veterana agrupación (completamente renovada y que sólo conserva a Pepe Telépata, su cantante) vuelve a rodar como si las dos décadas transcurridas fuesen dos meses. ¿Mérito o problema? A criterio de este oyente inquieto el anacronismo es indudable. Entre el debut incunable y este segundo opus parece que nada ha sucedido y las diferencias que se pueden encontrar para bien y para mal son sutiles. Pepe mantiene su tono entre canchero y beodo, el Hammond sigue haciendo su ruido y la ironía de denuncia ingenua los sigue mostrando inteligentes en su beat deshilachado y rítmico. Pero la historia sigue ahí como congelada y "Vs. El Mundo" podría haber sido el lado B del disco del noventa y tres. En verdad la banda sigue fiel a su espíritu fiestero y divertido. El disco permite que un montón de amigos vuelvan a pasar por el estudio, se suban a la movida y registren sus participaciones sin otro ánimo que el de compartir un buen momento. Y es que con ese fin es que esta agrupación existe y si han pasado a la categoría de culto es por los méritos de su capacidad de ser tipos jodones y no grandes músicos, sin pliegues ni segundas intenciones. Para las nuevas generaciones puede ser un golpe como lo fue para los que peinamos canas. Pero para este último grupo nunca es malo volver a encontrarse bailando con los viejos amigos recordando los tiempos de El Dorado." http://premiomre.blogspot.com.ar/2013/04/el-tiempo-no-para.html