Ixidro

Durante buena parte de la década de los 60 e inicios de los 70, el sello barcelonés Belter fue una máquina de sacar discos y de truncar carreras. Allí era relativamente fácil gozar de la oportunidad de grabar y de tener una cierta promoción nacional; sin embargo, muchos fueron los solistas y grupos que tras una breve carrera de poco brillo, desaparecían del mapa musical sin dejar rastro. Carreras que duraban entre uno y tres discos y raramente superaban el año y medio de edad. Esto hace que hoy muchos de aquellos artistas sean unos perfectos desconocidos de cuya actividad apenas han quedado vestigios o documentación. Uno de estos casos es el de Ixidro, un cantante que durante 1969 grabó un par de sencillos. Isidro Fernández demuestra poseer una voz de tenor, probablemente de formación clásica, que pone al servicio de canciones creadas por compositores de la marca discográfica con destino a los inevitables festivales de la época. Participa en la quinta edición del Festival del Miño, que se celebraba en Ourense en primavera. Fruto de aquella participación nace su primer disco: “Perros sin Collar / El Tomasito” (Belter, 1969). Su destacada actuación en este certamen menor le vale una plaza para el Festival Español de la Canción de Benidorm, el más importante de los concursos musicales de nuestro país y auténtico escaparate de futuras estrellas. Va a defender un tema con un marcado cambio de ritmo compuesto por Fernández Gándara, que llegará a la final. En verano se publica: “Lagrimas Mías / Sé” (Belter, 1969), encabezado por la canción defendida en la cita benidormí en la que evidencia una excelente voz varonil de buena afinación, dicción clara y engolamiento excesivo. A partir de ese momento de Ixidro nunca más se supo. Belter había devorado en el breve espacio de cinco meses a otro de sus hijos. Su buena voz seguramente le hubiera valido un lugar en el grupo de los cantantes solistas masculinos que daban sus primeros pasos y que dominarían el mercado en los primeros años 70. Pero la discográfica dio carpetazo a una prometedora carrera brotada de las aguas fluviales del Miño y marinas del Mediterráneo que nos dejó sendos singles como único testimonio de su breve existencia.